Tricotilomania
La tricotilomanía, del griego
θρίξ, τρίχος, (zríx, zrijos): cabello, τίλλω, (tíllō): depilar y μανία (manía):
manía, es un hábito o comportamiento recurrente e irresistible dirigido a
arrancarse el propio cabello o los vellos de distintas zonas del cuerpo. Puede
definirse como un trastorno de la conducta que puede llegar a manifestarse en
un arrancamiento compulsivo del pelo, produciendo desde pequeñas pérdidas de
cabello hasta calvicie severa. El término fue acuñado por el dermatólogo francés
François Henri Hallopeau. Se trata de un padecimiento comúnmente crónico y
difícil de tratar.
La tricotilomanía puede
presentarse en niños, pero la edad clave del padecimiento es entre los 9 y 13
años. Su desarrollo puede estar influido por depresión o estrés. Dadas sus
implicaciones sociales, dicho trastorno no suele reportarse, lo que dificulta
predecir su prevalencia con precisión. El sujeto se arranca pelo a pelo,
principalmente de la cabeza, aunque puede actuar también sobre distintas partes
del cuerpo como cejas, pestañas, barba, axilas o vello púbico. También puede
llegar a relacionarse con la tricofagia, que consiste en el hábito de mascar o
ingerir el cabello, produciendo obstrucciones severas (tricobezoar) en el
aparato digestivo.
La tricotilomanía se define como
una pérdida autoinducida y recurrente del cabello. En el manual DSM-IV está
clasificada como un trastorno del control de impulsos junto con la piromanía,
la ludopatía y la cleptomanía, ya que el paciente sufre una sensación de
tensión antes de arrancarse el cabello y una gratificación o alivio una vez que
lo hace. Algunos individuos con tricotilomanía podrían no presentar la
situación antes descrita, ya que no se dan cuenta de que se están arrancando el
cabello, o bien, pueden negar dicha condición.
Existen hipótesis que señalan que
la tricotilomanía podría ser un trastorno obsesivo-compulsivo, como la
onicofagia y la dermatilomanía. Dichas condiciones comparten características
clínicas, genéticas, y, probablemente, respuestas a tratamientos. Sin embargo,
las diferencias entre la tricotilomanía y el trastorno obsesivo-compulsivo
radican en los síntomas, función neurológica y perfil cognitivo. La tasa de
pacientes con tricotilomanía con parientes que padecen TOC es mayor a la esperada
por las probabilidades. Sin embargo, se han notado diferencias entre el
padecimiento y el TOC, incluyendo edades clave, tasas de comorbilidad,
diferencias de género, disfunción neurológica y perfil cognitivo. Cuando ocurre
durante la niñez, la tricotilomanía puede ser confundida con una entidad clínica
diferente. Como la enfermedad puede estar presente en múltiples grupos de
edades, se divide en tres subgrupos para su estudio: preescolares, preadolescentes
a jóvenes adultos y adultos.
La tricotilomanía no siempre
ocurre en un estado consciente, pues puede suceder en un estado similar al de
trance. Por lo tanto, se subdivide al padecimiento en «automático» y
«consciente», siendo el primero más frecuente en niños. Otros individuos pueden
incluso crear rituales asociados al arrancado del cabello, incluyendo la
búsqueda de tipos de cabello específicos para arrancar o arrancarlo hasta que
se cree una sensación agradable o en respuesta a una sensación específica.
Conocer el subtipo es clave para determinar las estrategias de tratamiento.
La tricotilomanía está confinada
generalmente a uno o dos sitios, pero puede involucrar distintos lugares. La
cabeza es el sitio más frecuente, seguido por las cejas, pestañas, cara, brazos
y piernas. La apariencia clásica es un vórtice y corona de alopecia. Los niños
no tienden a arrancarse los pelos de otras partes diferentes a la cabeza.
Las personas con tricotilomanía
tienen extensiones variables de cabello. Sin embargo, la densidad del cabello
puede mantenerse normal, por lo que las pruebas pueden resultar negativas. El
cabello normalmente es arrancado de manera irregular, por lo que deja patrones
inusuales. La gente con el padecimiento suele ser tímida con o estar
avergonzada de su condición.
Un efecto psicológico adicional
puede ser la baja autoestima, generalmente asociada con la burla por parte de
otros individuos. De igual manera, se puede presentar miedo a socializar debido
a su apariencia y a la atención negativa que el paciente puede llegar a
recibir. Algunas personas con esta condición usan sombreros, pelucas, pestañas
postizas o delineador de cejas para cubrir su condición y evitar dicha
atención. Suele haber un fuerte componente de estrés asociado. En ambientes
libres de estrés, algunos individuos no presentan síntomas, aunque esta
condición puede volver a manifestarse en cuanto dejan dicho lugar. Algunos
individuos pueden llegar a creer que son la única persona con dicho problema,
debido a la escasa información.
Otras complicaciones médicas
incluyen infecciones, pérdida permanente del cabello, heridas repetitivas por
estrés y obstrucciones gastrointestinales debidas a la tricofagia. El síndrome
de Rapunzel, una forma extrema de tricobezoar en que la acumulación de cabello
se extiende hasta los intestinos, puede ser fatal si se diagnostica de forma errónea.
El ambiente es uno de los
factores principales en la tricotilomanía. Las actividades sedentarias -como
estar en un ambiente relajado- suelen proveer mayor oportunidad. Un ejemplo
común de actividades sedentarias que puede propiciar el arrancado del cabello
es acostarse en la cama esperando dormir o descansar. Un ejemplo extremo de
tricotilomanía automática son los pacientes que se arrancan el cabello mientras
duermen. Esta condición se conoce como tricotilomanía aislada al sueño.
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